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Portada de La Cruz

La puerta norte de la Catedral de Murcia recibe tres nombres diferentes. De San Fulgencio por el busto del patrón de la Diócesis que hay en el cuerpo superior de la portada, de La Cruz por la que preside la plaza y de Las Cadenas por las que la bordean. Es curioso el caso de esta plaza y el origen de las cadenas. Para empezar, son realmente dos plazas distintas y ninguna se llama “de la Cruz” como popularmente la llamamos los murcianos. De un lado está la parte con la cruz y las cadenas, que es de propiedad municipal y que se llama Plaza Hernández Amores, y de otro el espacio alargado que va desde la Puerta de la Cruz a la entrada a Trapería, que se llama "Atrio de la Catedral" y cuya titularidad pertenece al Cabildo.

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El Puente Viejo

La evolución urbanística de la ciudad de Murcia ha estado, desde su fundación, estrechamente condicionada por el río Segura. La ubicación del núcleo de la ciudad en un primitivo meandro del río y las constantes riadas que sufría la población, fueron marcando el desarrollo de la ciudad a través de los siglos.

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La Casa Cerdá

Este emblemático edifico se encuentra entre los más representativos de todos los que componen el elenco arquitectónico de Murcia, además, está catalogado como Bien de Interés Cultural.
La Casa Cerdá preside de manera hidalga la céntrica y popular plaza de Santo Domingo. El arquitecto de este popular edificio fue D. Jose Antonio Rodríguez Martínez, y llevó a cabo el encargo por orden de D. Joaquín Cerdá Vidal, el cual pertenecía a una importante y conocida familia de comerciantes murcianos.

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Construcción de la Catedral

Para empezar, debemos realizar una contextualización histórica para conocer los orígenes de la Catedral y eso nos lleva a la época musulmana de la ciudad y a la conquista cristiana. En 1243 representantes de Ibn-Hud, Emir de Murcia, y de Fernando III El Santo, Rey de Castilla, firman el tratado de Alcaraz por el cual Murcia pasa a ser un protectorado castellano, es decir, los musulmanes podían mantener propiedades y religión a cambio del pago de determinadas rentas.

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Murcia me gusta. Ciudad clara de colores calientes, de piedras tostadas, color de cacahuete tostado. Y notas deliciosas de luz, las calles estrechas y sin aceras, las “veredicas del cielo”, las tiendas de los artesanos, el esparto y la cuerda. Y ahora en el crepúsculo, una luz maravillosa.

Jorge Guillen

© LovingMurcia. 2018